Por Eva valera
El Artivismo es una corriente artística que se encuentra a medio camino entre el arte y el activismo, una corriente reivindicativa y de resistencia apoyada en la capacidad que tiene el arte de conmover y conectar. El arte se convierte en un medio de comunicación enfocado al cambio y a la transformación, sale de los museos para llenar los espacios públicos y sociales convirtiéndose en una herramienta educativa. Se caracteriza por huir de los cánones académicos y desarrollar un lenguaje de libertad y autonomía.
El Guernica, de Picasso podría ser un antecedente, a través de esta pintura se da a conocer a la sociedad el bombardeo a la ciudad durante la Guerra Civil Española. Picasso utiliza el arte para hacer una crítica a los horrores vividos durante la guerra.
El Vagón de tercera de Daumier podría ser otro antecedente. El arte hace protagonistas a las clases más desfavorecidas. Aunque las vanguardias artísticas del siglo XX como el dadaísmo, futurismo o surrealismo y el desarrollo de la perfomance, el videoarte o arte conceptual, son el verdadero origen del Artivismo.
El graffiti y arte urbano son las formas de expresión más utilizadas en esta corriente artística de claro contenido político-social. Paredes, fachadas, monumentos… se llenan de color convirtiendo el paisaje urbano en un verdadero museo de obras de arte que responden a las necesidades de una sociedad que expresa su disconformidad ante las desigualdades e injusticias sociales.
Un ejemplo claro es el caso de Banksy, grafitero y activista político que desarrolla su trabajo de manera anónima. Sus obras han abordado diversos temas políticos y sociales, como el anticonsumismo o el antifascismo. Banksy está en contra de las reglas del arte convencional, sus obras son anónimas y de carácter transgresor, aparecen en espacios de todo tipo y en todo el mundo, acabando con la tradición del arte de los museos. Es un arte efímero, que es borrado o eliminado y está completamente fuera del mercado de arte tradicional.
En España existen varios colectivos que trabajan desde esta nueva perspectiva del Arte. Un claro ejemplo es Enmedio, un grupo de profesionales de la imagen que están insatisfechos por la falta de unión entre arte y acción política. El grupo utiliza la potencia transformadora de las imágenes y los relatos para realizan intervenciones en el espacio público de crítica social: acciones contra el Paro o contra la Ley Mordaza, siempre con un toque de humor.
Otro buen ejemplo es la Asociación Solidaria Andaluza de Desarrollo (ASAD) que apuesta por el derecho a la comunicación como “clave para el empoderamiento de la ciudadanía”, utiliza las herramientas de artivismo para conectar con la gente y promover cambios sociales y concienciación. Sus temas más recurridos son justicia social, la igualdad de género, el comercio justo, la contaminación, los derechos humanos, la pobreza o la globalización.
En un mundo lleno de injusticias sociales, el arte vuelve a ser herramienta para el cambio social.